Riéndose, burlándose con claridad de día, se hundió en la noche el niño que quise ser dos veces.

Thursday, May 17, 2007



















Es todo lo que en entregan estas cabras lo que me hace estar contento de estar cerca de ellas.

La Tato, la negro, y la betso fueron mis incondicionales en la u, y siguen siendo las mismas fuera de ella.

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A lo mejor no se apreciaron de la mejor manera los momentos absorbentes el año pasado, ni tampoco nos rodeamos de gente linda ABC1 que nos hacían involucrarnos.

Solo sé que todo fue una ironía casi conceptual al momento de decidirnos salirnos de la carrera, digo salirnos porque no solo fue difícil para mi sino que amigos, familia, compañeros influyeron en este cause incontenible.

Casi no entiendo todos mis golpes ciegos que di el año pasado, solo entiendo que mi vida estaba furtiva y no sostenía el hecho de saber que yo no iba con mi licenciatura o ella conmigo. Algo cambió con el tiempo y tampoco yo supe sostener con responsabilidad la carrera ni el hecho de perder en ella. Los golpes ciegos dados son difícil de aceptar y los giros mas bruscos que das suelen doler mas que los calambres que dan al no pegarle a nada. Lo mejor fue que mi morfina para estos dolores del año anterior fue mi Lorenita.

Sunday, September 24, 2006

Mi orgullo violado.

No sé si siempre estará la vigencia de estar expectante de recibir el 18 de septiembre. Yo nunca. Y está de más decir que este año, menos, porque estoy seguro de que en esa época comenzó todo lo que fuera, para mí, un trauma.

Hoy te quiero sin avisarte…

Hoy te quiero a mi lado…

Hoy te quiero, y como siempre, más que ayer…

Hoy te quiero dar...

Hoy te quiero y no me quiero quedar sin tus tránsfugos besos…

Hoy bla, bla, bla. …

Fue así: de esta forma contemplativa y enamorada, estando dispuesto a que ella me usara y con una alergia insoportable. Esa mañana yo aparecía de entre los embozos ya hurgueteados, perfumados y endulzados.

Al término de una pequeña, dulce y calentona conversación entre las sábanas de la cama, con un esbozo triste y melancólico, yo decía “amiga, no sabes cuánto me gusta esto… pero tú cachái, po”. Aplastada por un silencio y sin ningún ademán ni nada, se puso de pie para así no volverla a ver en un buen tiempo.

El tiempo pasó sin querer. Murió gente, hay amigos nuevos, hay amigos viejos, hay más pelos en mi cuerpo, hay menos en otros lados y, claro… hay sexo. Dándome cuenta, lógicamente y una vez más, de que nadie es igual. Otro fui cuando conocí a esta loca menos loca que ninguna otra mina conocida. Consuélame y deja que me siente al lado de la ventana. Ya, po, abrázame que tengo frío. ¿De qué hablamos? Y así etcétera, etcétera, pero sin querer en ella había un “algo” distinto, y yo me sentía incapacitado de definir lo que realmente me pasaba con ella. Era mucho lo que sentía o la odiaba completamente. Era algo súbito. Ella era algo así como una mujer muy común o una muy interesante. Pero chica. Aunque no la conocía mucho, se le notaba en su “qué sé cho”, una concentración e inusual calentura, inquieta y desesperada. No se veía caliente, grotesca o vulgar, ya que es toda una señorita, pero su frenesí interior era como una marea incesante: te tragaba y te ruborizaba. ―cosas que quedan en el pasado después de tanto hueveo―

Es inevitable ser romántico y pelear por la conquista, pero también era inevitable pensarla en su vuelo del águila; era imposible no pensar en sacarla a tomar un helado... ¡¡¡pero un helado!!! Nunca está de más una película, pero nalgas cremosas y cuerpos con vaselina se me vienen a la cabeza con esta mina asechándote inconscientemente.

Nuestros días fueron siempre tranquilos, sin muchos altos ni bajos. Decidí deliberadamente pasar tardes seniles y libres en lugar de engorrosas preocupaciones, para así comenzar a conocernos mejor e, inconscientemente, guardar espacio suficiente para no dar lugar a su libido increccendo. Barrio Lastarrias, Brasil, Londres o una que otra plaza de Ñuñoa. Era mi engaño no disfrutarlo en un principio. Lo triste fue que sentí que poco a poco me fueron estos mismos engañando a mí. Así sucedió... creo. Religiosa y monótonamente durante casi dos meses, hasta que en épocas venideras a navidad tuve la brillante idea de invitarla a conocer mi circulo de amigos más cercanos. Esto, por intermedio de una fiesta reventota que se realizaría en casa de uno de los animales que tengo como amigos. Creo que la intención siempre fue la de pasar ratos agradables e interesantes con mis amigos en ese momento, y de esta forma, que ella se integrara, perpendicularmente, de forma grata y simpaticona, a este grupo de bestias. Cayó bien. La trataron bien. Ella los trató bien. Se cayeron bien. Todo como avión. Yo, feliz y más feliz al ver a mis amigos que, por motivos de tranquilizar a la fiera de la que me estaba enamorando, no los veía hace ratito y además por compartir agradablemente junto con mi potencial futura polola. La reacción de ella fue brusca a causa de mi situación etílica. Era denigrante: sentía hormigueos en las piernas, mi estómago con tercianas y rígido, además del frío intenso a ratos. Todo era terrible. Nada de esto lo imaginaba hace 20 minutos y, arrepentido de la situación, salió el más inesperado y detestable otro yo de mi interior, el cual pidiendo disculpas, sólo se resignó a posarse sobre ella y escuchar un mini sermón. Terminado este, hubo en mí un fugaz y repentino vómito, el cual fue recibido de forma comprendida. Ella, mirándome como tratando de conocerme y comprenderme a través de mi rostro, al tiempo que me convencía, repetía que iba a estar bien. Sólo fue un pensamiento incomodo y fugaz el que tuve en ese momento de intranquilidad cerebral. Dije para mis adentros “¡¡esta mina es lo máximo!! Y lo mejor de todo es que me comprende”. Después de tan profético y vital pensamiento, ella emitió un sencillo ¿vamos al baño?. Mi reacción fue inmediata. No recuerdo ni el camino, ni el frío que solía sentir al salir en dirección al baño. Sólo fue una calentura interior y mi erección inesperada al ver cómo mi cuerpo semidesnudo se movía a ritmo de ella. No creí que yo fuera tan vulnerable después del vomito etílico. Mi percepción y mis predicciones de la improvisada e inusual ―supongo― calentura de aquella lola, eran acertados, lo cual no me hace, de ninguna forma, sentir halagado y menos en ese momento. La acción la seguí sin oponerme radicalmente. ¿Para que parar? Podría haberme invitado alguna cosita antes, pensaba entre todo. O haberme agasajado un ratito… así como jugando.

Todo era muy extraño pero excitante, aunque siempre un poco incómodo y más si estás en una cocina industrial antigua. La sensación era grata y gozadora hasta que comencé a sentir algo que bajaba sin escrúpulos por mi cóccix. Mi situación incómoda era cada vez más inevitable e indudable. Creo que las evidentes caras hicieron cesar esas acciones poco “orto”doxas y los siguientes minutos fueron siempre más agradables. Mi concentración siguió siendo estable hasta que la punzada fue ineludible: su dedo sin escrúpulos estaba por completo metido en mi orgullo. Fue terrible. Y los que crean que es lo mejor, tienen que hacerse ver. La desunión fue instantánea y radical. Mi desconcierto y decepción era lo más grande ganado y lo único parado que había en mí. Siempre fui sano y correcto. ¿Por qué lo hizo? Y a raíz de esto mis preguntas eran lluvia y tangibles.

Pasó el tiempo, sin ella... y sin pensarlo dos veces, comencé a sentir más y más desagradables las épocas venideras a las fiestas patrias. Eran como flashes inevitables muy poco gratos que venían a mi cabeza. Viéndome en esta situación preferí que la próxima vez fuera como una terapia de pieles conocidas y arrepentido de siempre dejarla ir, regresé a las conversaciones calentonas entre embozos perfumados y los siempre y nunca mal dichos hoy te quiero sin avisarte… hoy te quiero a mi lado… hoy te quiero, como siempre, más que ayer… hoy te quiero dar… y te quiero, y me arrepiento.


PD: esta historia no hubiera existido si no hubiera intervenido la paulita. saludos.

Monday, July 10, 2006

comiendo bananas



Oyes como se escucha la emoción

alguien te espera acá… … y tu sabes muy bien para que.

Las yemas de tus dedos y alguna otra parte de tu cuerpo totalmente dormidos por la emoción, respiras, piensas, te aburres y se hacen interminables… … cada segundo, cada minuto. Y lo único que quieres es que llegue.
Como una acróbata dement… saltará?
y caerá sólo como una niña lo sabe hacer?
Quiero estar ahí cuando ella llegue a caer
pero al mismo tiempo no quiero estar… … demostraré debilidad.

Mi mente pendiente, asi como un soldado
siendo asechado esperando su muerte. mi corazón frágil como una
niña perdida, mi disposición es la de un ángel.

… …te juro que lo único que quiero es enloquecer
su corazón de libertad … … y ya vas a ver!!!

quiero ganar la pérdida de olvido, para recordarte siempre, …
eternamente.

Siento que no llegas, … por mientras que no llegas me pregunto:

¿que es lo que veo en tu figura, que me lleva a sentirte mas profundamente?

Quiero ser ignorante y no quiero saber nada sobre ella
tan solo quiero esperar, y verla nerviosa. Por que esas preguntas?
se que va a llegar nerviosa por que me veo en la vitrina de
de un almacén y lo siento asi.

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Estas al lado mío… …

… te miro como siempre; como un estúpido. Y sigues teniendo el mismo olor de siempre, pero no te siento… …

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se que estas a mi lado, pero no estas conmigo, y sé también que nunca has estado ni vas a estar conmigo porque soy el artesano que hace el bote, lo pinta y lo conoce, pero jamás navega en ellos…

… ya no quiero navegar …

Y aunque se va porque no quiero…

+

…mi mirada la busca como para acercarla… …

… para poder tenerla.